Alma aventurosa
Autor: Leopoldo Lugones

Al promediar la noche de aquel día,
Cuanod iba mi habitual adiós a darte,
Fue una vaga congoja de dejarte
Lo que me hizo saber que te quería.

Tu alma, sin comprenderlo, ya sabía...
Con tu robor me iluminó al hablarte
Y al separarnos te pusistes aparte
Del grupo, amedrentada todavía.

Fue silencio y temblor nuestra sorpresa;
Mas ya la plenitud de la promesa
Nos infundía un júbilo tan blanco,

Que nuestros labios suspiraron quedos...
Y tu alma estremecía en tus dedos
Como si estuviera deshojando

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Last revised: Enero 24, 2010.
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